Fernando y Beatriz
A fuego lento, como se cocinan los buenos platos… sin prisa, pero sin pausa. Así poco a poco llegamos al Palacio de Negralejo. Con su gente, sus bebés y niños (bendita infancia), y con sus amigos y mayores. Luego llegaron las bromas, y un fantástico baile que precedió a la gran fiesta hasta la madrugada…